En estas fechas una de las tentaciones y presiones publicitarias más frecuentes es la renovación del “viejo” móvil. Se estima que el 80% de las compras de móviles son renovaciones. Mientras la vida útil de un móvil (batería excluida) se estima en unos diez años, el tiempo medio de utilización se estima entre los 18 y los 30 meses. La razón no es la obsolescencia funcional o técnica sino la obsolescencia psicológica: el producto deja de ser deseable debido a cambios en la moda y en los estilos sociales propiciados y estimulados por el marketing y la publicidad (es decir pura y dura comedura de coco…). Una parte de esta obsolescencia y renovación excesivas es atribuible a los usuarios finales, cabe destacar algunas prácticas comerciales (sobre la ética del marketing ya hicimos un trabajo hace unos años) que favorecen este consumo desmesurado: la presión publicitaria, los cambios estéticos, el desarrollo de modas y la introducción gradual y continua de nuevas funcionalidades a un ritmo que responde a intereses de marketing, el bajo coste económico, el anclaje de los aparatos en las distintas compañías de telefonía ( el cambio suele implicar cambiar el equipo electrónico), entre otros aspectos. Una reflexión de miembros de Cristianisme i Justícia e Institut Químic de Sarrià (Jordi Cuadros, Albert Florensa,Joaquim Menacho) ponía el dedo en la llaga de una situación que comienza a ser preocupante si querememos ser coherentes en términos de sostenibilidad y comportamiento socialmente responsables (Suplemento del Cuaderno núm. 149 de CiJ - (n. 185) - Septiembre, 2007). Aquí sintetizamos las principales razones:
1º) AUMENTO INNECESARIO DE LA MOCHILA ECOLÓGICA: La extracción y procesamiento de los compuestos mayoritarios (cobre, hierro y aluminio) y minoritarios (antimonio, tantalio, berilio, níquel, cromo, plomo, cadmio, mercurio, arsénico, oro o plata) de un móvil implica un movimiento total de materiales (mochila ecológica), que se puede estimar en un mínimo de 75 kg. por teléfono móvil. Esta cantidad de material de desperdicio se genera principalmente en la extracción de los metales escasos y de minería difícil.
2º) AUMENTO INNECESARIO DE COSTES ECOLÓGICOS EN LA NUEVA FABRICACIÓN Y TRANSPORTE. Se estima que entre el 40% y el 65 % de la energía consumida en el ciclo de vida de un teléfono móvil (sin tener en cuenta los costes energéticos de la estructura de comunicaciones) se consume en la fabricación y transporte del dispositivo. También dominan en dichos procesos los indicadores correspondientes a la destrucción de la capa de ozono y el potencial de toxicidad humana.
3º) PRESIÓN PARA EL ABUSO SOCIAL Y MEDIOAMBIENTAL DADO LO ESCASO DE ALGUNO DE LOS MATERIALES DE SUS COMPONENTES. Algunas substancias utilizadas son recursos caros y escasos, motivo por el cual están relacionadas con diferentes problemáticas y abusos tanto sociales como ambientales. Ejemplos paradigmáticos de ello son la obtención de tantalio y la extracción de oro o petróleo. Una parte significativa del tantalio se obtiene en el centro de África, donde se extrae de minerales conocidos por el nombre de coltán. Su explotación en esta región se asocia a la financiación de las guerras existentes entre Rwanda, Burundi, Uganda y la República Democrática del Congo, y a la destrucción de los entornos protegidos del Kahuzi Biega Nacional Park, en donde vive el gorila de montaña. En el caso de la minería de oro se encuentra extendida por distintas zonas del mundo, y su extracción a menudo implica la utilización de compuestos de elevada toxicidad, como el mercurio o el cianuro. Sin las medidas de control adecuadas, las emisiones atmosféricas de mercurio y los cauces de aguas residuales con cianuro, son demasiado frecuentes (desastre de Baia Mare en el año 2000 o la situación de los garimpeiros en la Amazonia brasileña).
4º) EL AGRAVAMIENTO DEL PROBLEMA DE LOS RESIDUOS ELECTRÓNICOS. ¿Qué hacer con tanto móvil viejo? La toxicidad de los residuos electrónicos es el principal problema de cara a su destino final. Si se llevan a un vertedor, pueden liberar metales pesados y otros compuestos tóxicos en los cauces fluviales y en las aguas subterráneas. Si se incineran, la presencia de PVC, compuestos aromáticos policromados y metales volátiles, puede provocar la emisión, en la atmósfera, de tóxicos altamente peligrosos. El reciclaje, por otro lado, es difícil y costoso, dada la complejidad y elevada compactación de los dispositivos electrónicos, en general, y de los teléfonos móviles en particular. Apesar de que existen procesos capaces de reciclar hasta 17 metales distintos de los residuos de la telefonía móvil, el coste económico resulta mucho menor transportándolos a los países pobres para su revaloración. Se estima que alrededor de la mitad de los materiales enviados para su reparación o reutilización acaban vertiéndose –en Guiyu (China), Karachi (Paquistán) y Lagos (Nigeria)- ya que su aprovechamiento no resulta posible ni rentable. Las prácticas de reutilización de metales en estos países tienen un elevado riesgo para la salud y el medio ambiente, sin las mínimas medidas de control y de seguridad (algunos residuos son quemados para la recuperación del plomo, hierro, cobre u otros metales; otros son tratados con soluciones ácidas para la recuperación del oro, o simplemente rotos para la recuperación del cobre…). Los autores del documento de Cristianisme i Justicia indican que diferentes análisis, en las regiones donde se llevan a cabo estas prácticas de reciclaje, han dado resultados, en agua y en suelo, con concentraciones más de 100 veces más elevadas que los valores recomendados por agencias internacionales y gubernamentales tales como la Organización Mundial de la Salud o la EPA estadounidense.
¿ No habrá llegado el momento de exigirle a las compañías de telefonía que sean responsables en su objeto empresarial en lugar de maquillar la RSE con acciones sociales para reforzar la cosmética de su buena imagen de marca?
¿No debería innovarse con una conciencia social en lugar de apoyar una innovación técnológica, pero socialmente irresponsables, orientando los esfuerzos, hacia la reutilización de los móviles electrónicos, el abaratamiento de los coste de compra de componentes como transformadores o baterías, su compatibilidad entre los distintos teléfonos (cargadores) y la posibilidad de actualizar los programarlos para adaptar los equipos a nuevas funcionalidades?
1º) AUMENTO INNECESARIO DE LA MOCHILA ECOLÓGICA: La extracción y procesamiento de los compuestos mayoritarios (cobre, hierro y aluminio) y minoritarios (antimonio, tantalio, berilio, níquel, cromo, plomo, cadmio, mercurio, arsénico, oro o plata) de un móvil implica un movimiento total de materiales (mochila ecológica), que se puede estimar en un mínimo de 75 kg. por teléfono móvil. Esta cantidad de material de desperdicio se genera principalmente en la extracción de los metales escasos y de minería difícil.
2º) AUMENTO INNECESARIO DE COSTES ECOLÓGICOS EN LA NUEVA FABRICACIÓN Y TRANSPORTE. Se estima que entre el 40% y el 65 % de la energía consumida en el ciclo de vida de un teléfono móvil (sin tener en cuenta los costes energéticos de la estructura de comunicaciones) se consume en la fabricación y transporte del dispositivo. También dominan en dichos procesos los indicadores correspondientes a la destrucción de la capa de ozono y el potencial de toxicidad humana.
3º) PRESIÓN PARA EL ABUSO SOCIAL Y MEDIOAMBIENTAL DADO LO ESCASO DE ALGUNO DE LOS MATERIALES DE SUS COMPONENTES. Algunas substancias utilizadas son recursos caros y escasos, motivo por el cual están relacionadas con diferentes problemáticas y abusos tanto sociales como ambientales. Ejemplos paradigmáticos de ello son la obtención de tantalio y la extracción de oro o petróleo. Una parte significativa del tantalio se obtiene en el centro de África, donde se extrae de minerales conocidos por el nombre de coltán. Su explotación en esta región se asocia a la financiación de las guerras existentes entre Rwanda, Burundi, Uganda y la República Democrática del Congo, y a la destrucción de los entornos protegidos del Kahuzi Biega Nacional Park, en donde vive el gorila de montaña. En el caso de la minería de oro se encuentra extendida por distintas zonas del mundo, y su extracción a menudo implica la utilización de compuestos de elevada toxicidad, como el mercurio o el cianuro. Sin las medidas de control adecuadas, las emisiones atmosféricas de mercurio y los cauces de aguas residuales con cianuro, son demasiado frecuentes (desastre de Baia Mare en el año 2000 o la situación de los garimpeiros en la Amazonia brasileña).
4º) EL AGRAVAMIENTO DEL PROBLEMA DE LOS RESIDUOS ELECTRÓNICOS. ¿Qué hacer con tanto móvil viejo? La toxicidad de los residuos electrónicos es el principal problema de cara a su destino final. Si se llevan a un vertedor, pueden liberar metales pesados y otros compuestos tóxicos en los cauces fluviales y en las aguas subterráneas. Si se incineran, la presencia de PVC, compuestos aromáticos policromados y metales volátiles, puede provocar la emisión, en la atmósfera, de tóxicos altamente peligrosos. El reciclaje, por otro lado, es difícil y costoso, dada la complejidad y elevada compactación de los dispositivos electrónicos, en general, y de los teléfonos móviles en particular. Apesar de que existen procesos capaces de reciclar hasta 17 metales distintos de los residuos de la telefonía móvil, el coste económico resulta mucho menor transportándolos a los países pobres para su revaloración. Se estima que alrededor de la mitad de los materiales enviados para su reparación o reutilización acaban vertiéndose –en Guiyu (China), Karachi (Paquistán) y Lagos (Nigeria)- ya que su aprovechamiento no resulta posible ni rentable. Las prácticas de reutilización de metales en estos países tienen un elevado riesgo para la salud y el medio ambiente, sin las mínimas medidas de control y de seguridad (algunos residuos son quemados para la recuperación del plomo, hierro, cobre u otros metales; otros son tratados con soluciones ácidas para la recuperación del oro, o simplemente rotos para la recuperación del cobre…). Los autores del documento de Cristianisme i Justicia indican que diferentes análisis, en las regiones donde se llevan a cabo estas prácticas de reciclaje, han dado resultados, en agua y en suelo, con concentraciones más de 100 veces más elevadas que los valores recomendados por agencias internacionales y gubernamentales tales como la Organización Mundial de la Salud o la EPA estadounidense.
¿ No habrá llegado el momento de exigirle a las compañías de telefonía que sean responsables en su objeto empresarial en lugar de maquillar la RSE con acciones sociales para reforzar la cosmética de su buena imagen de marca?
¿No debería innovarse con una conciencia social en lugar de apoyar una innovación técnológica, pero socialmente irresponsables, orientando los esfuerzos, hacia la reutilización de los móviles electrónicos, el abaratamiento de los coste de compra de componentes como transformadores o baterías, su compatibilidad entre los distintos teléfonos (cargadores) y la posibilidad de actualizar los programarlos para adaptar los equipos a nuevas funcionalidades?
Mientras tanto súmate a la campaña http://www.donatumovil.org/. -una joint venture social de CRUZ ROJA, Entreculturas y Alboan con la colaboración de una empresa de reciclaje (CMR)- y piénsatelo antes de renovar tu móvil: a quienes beneficias, a quienes perjudicas y quienes realmente pagarán tu móvil…(los pobres y las próximas generaciones)
Foto: www.kikades.com
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