domingo, 14 de agosto de 2011

Programados para “no-innovar”

Ciertas “creencias arraigadas” nos dificultan la búsqueda de nuevas soluciones. He recopilado algunas “hipótesis” que pueden subyacer en los “por qué no se puede innovar” y que hacen que en determinados ámbitos no se termine de asumir este reto:

1. Hipótesis de “totalidad”: “Ya está todo inventado…luego no se puede innovar más…” Basta con ver los problemas sociales que nos acucian o la insatisfacción que nos proporcionan alguna de las soluciones actuales propuestas para desmontar esta excusa…

2. Hipótesis de “aislamiento”: “La innovación no me afecta…puedo seguir haciendo lo mismo sin problema”. ¿Dónde queda el “efecto mariposa”? En un mundo tan conectado, todo nos acaba tarde o temprano afectando. Puede ser una hipótesis que esté presente para proveedores de servicios “públicos” u otras actividades muy centradas en la reducción de costes…

3. Hipótesis de “incapacidad”: “Innovar es muy difícil”….Se trata en ciertas ocasiones de una actitud que implica una “idealización de lo que es innovar o de su proceso” o una falta de “autoestima organizativa”. La dificultad es un reto connatural al aprendizaje…y si somos coherentes nos daremos cuenta de que cada vez más las nuevas tecnologías son unos recursos que “empoderan” y que además están más accesibles a quién lo necesita…

4. Hipótesis de “imposibilidad”. ”No tengo medios”… Sólo pueden permitírselo unas pocas grandes empresas… “. Lo que más falta hace es entusiasmo, no medios. Los medios se van consiguiendo a medida que se adopta la decisión y se pone el empeño necesario… Para un botón de muestra la película que más me ha impresionado este verano: El Tigre y la Nieve…la persona enamorada –emocionada, entusiasmada,…- tiene una creatividad sin límites a pesar de las condiciones más adversas y consigue salvar obstáculos y encontrar soluciones dónde nadie lo imaginaría…

5. Hipótesis sobre “la suerte”: “Ya vendrán tiempos mejores”. La innovación depende de tener suerte…surge espontáneamente…sólo es posible con tiempo favorable…Esta hipótesis lleva a la espera, a un estado de conformismo y “confort resignado” que en el fondo camufla de traquilidad una realidad a pesar de estar de encontrarnos en una situación de elevada vulnerabilidad.

6. Hipótesis de “alteridad”. La innovación es cosa de otros…de los que saben mucho (han estudiado o tienen títulos…), de los tecnológos (no se plantean la innovación social), de los que tienen ideas (al parecer sólo surgen entre “iluminados”)…

Hay que “desprogramarse”, “tomar tierra” con los problemas, desvelar nuestros “verdaderos miedos e inseguridades” y –como es verano- “lanzarse a la piscina”.

lunes, 8 de agosto de 2011

¿Cómo formar un “dream team” innovador?

En uno de los seminarios que durante este año he impartido sobre innovación social me preguntaron ¿qué haría para constituir un equipo dedicado a la innovación? (osea pasar a la acción…). Respondí con unas directrices que en ese momento deduje de lo que había investigado –teórica y empiricamente- sobre innovación (sacarlo de la rutina institucional, orientación a proyectos, que esté en contacto con el exterior...). En este verano me encuentro con dos documentos que me ayudan a responder con mayor apoyo teórico y empírico.

El primer documento es un trabajo de Pizarro, Real y de la Rosa (2011) en su reciente artículo “La incidencia del capital humano y la cultura emprendedora en la innovación” donde constantan con un modelo estructural (PLS) lo que la teoría viene afirmando hace tiempo: que el conjunto de conocimientos, destrezas y habilidades que tienen los trabajadores (capital humano) influye positivamente en la innovación. No obstante la especifidad de los conocimientos –aquellos menos comunes que no tienen los competidores- tiene mayor contribución a la innovación que su valor. Por otra parte la cultura emprendedora (en la organización se anima a nuevas ideas, se ayuda a desarrollarlas…) no influye directamente en la innovación, siendo su papel el de moderador de la relación entre capital humano e innovación. Los autores proponen como aplicación práctica a estas conclusiones “el fomento de equipos interdisciplinares donde puedan generarse nuevas ideas fruto de la combinación de bagajes diferentes”.

Precisamente encuentro en el libro de Trompenaars y Hapden Turner (2010) sobre “Innovación en tiempos de crisis” alguna de las claves para formar “equipos realmente innovadores”. Estos autores revisan el trabajo de Belbin (Management Teams. Why the suceed or fail ,1981) planteando la necesidad de que en un equipo ideal coexistan una serie de roles de manera equilibrada –en lugar de un grupo homogéneo de superespecialistas- para que se produzca la adecuada tensión creativa –los roles se complementan entre sí. Esto no significa que cada uno de ellos se encuentre en personas diferentes –una persona puede desempeñar varios (véase la película El Tigre y la Nieve, por ejemplo, en la que el protagonista tiene la capacidad creativa para superar las situaciones más inverosímiles…) De hecho alguno de estos roles tienen “intersecciones” con otros. Los roles de un posible “dream team” innovador serían:
1. Planta: Generador de ideas, creativo, poco ortodoxo, pensador fuera del marco establecido.
2. Modelador: Hace que los demás se organicen en torno a una idea nueva, provoca e impulsa.
3. Investigador de recursos: Detecta oportunidades y moviliza los recursos necesarios para llevar a cabo el proyecto generando una red entre los miembros del grupo.
4. Coordinador: Abre la puerta para que entren al equipo nuevas ideas, coordinando y reparando el equipo a medida que este digiere todas esas ideas. Se preocupa de que exista imparcialidad y equidad
5. Especialista: Experto en alguna disciplina clave para el proyecto, producto o servicio. Se ocupa de detalles técnicos.
6. Evaluador: Acaba con las ideas que están haciendo perder el tiempo al equipo y las mejora constructivamente con criterio y perspectiva estratégica.
7. Implantador: Encarna cada idea en un producto o servicio convirtiendo algo ideal en real: le da a “algo” que se ha visto como posible su utilidad práctica. Convierte ideas en algo viable.
8. Finalizador: Edita el proyecto innovador y lo finaliza con detalle para su puesta en práctica y su “usabilidad”.
9. “Termostato emocional”. Mantiene la moral y la unidad del equipo sanando cualquier ruptura. Favorece la cohesión.

En la innovación pasa algo parecido a lo que sucede en el ámbito deportivo. Estamos viendo hace tiempo la necesidad de un equilibrio de “roles” para que un equipo tenga éxito y el despilfarro de recursos que implica generar expectativas respecto a esos “dream team” que sólo sirven para eso…un sueño o hacer la estadística del “once” o del “cinco” “ideal”..