martes, 18 de noviembre de 2008

Fundaciones y respuesta "glocal"

Hace ya casi medio siglo, Marshall McLuhan asentó la idea de la aldea global y pronosticó un siglo XXI con grandes trasnsformaciones mediante la globalización del mundo y de la sociedad. Alvin Toffler sintetizó en “oleadas”, los grandes cambios sociales, de tal forma que cada una de las “olas” sepultó a culturas y civilizaciones anteriores y las sustituyó por formas de vida inconcebibles hasta entonces. Así, la primera ola de cambio habría estado representada por la revolución agrícola y la segunda por el nacimiento de la civilización industrial. La tercera ola –la sociedad del conocimiento- engendraría una nueva perspectiva que es intensamente local y, sin embargo, global, incluso galáctica, que permite superar barreras de espacio y tiempo en las transacciones, y amplia significativamente las posibilidades de relación. Posteriormente Manuel Castells (1999) hace referencia al concepto glocalización, entendida como la articulación entre lo global y lo local, como una noción que hoy se aplica tanto a la economía (la ciudad como medio económico adecuado para la optimización de sinergias) como a la cultura (las identidades locales y su relación dialéctica con el universalismo informacional de base mediática). La glocalización supone destacar el ámbito urbano y el papel gestor-coordinador-promotor de los gobiernos locales para la implementación de políticas que tienen en cuenta unos referentes globales y que se posicionan respecto a ellos. Si tuviésemos que elegir un lema para este concepto no sería otro que el de “piensa globalmente, actúa localmente”. Precisamente ha sido el paradigma de uno de los fenómenos organizativos más expandidos en las últimas décadas: las franquicias. Una idea “general” simple, que funciona en ciertas circuntancias –grandes superficies- en determinados contextos “locales” y que requiere de competencias –marketing, publicidad,…- que deben ser gestionadas a nivel global (franquiciadores) y otras que necesitan conocimientos idiosincrásicos para su adaptación a determinadas circunstancias locales. Su desarrollo requiere, por tanto, un pensamiento estratégico “ambidextro” que subyace en muchas corporaciones y que implica tanto una considerable economía de escalas y de especialización como a su vez capacidad de adaptación y riesgo. Mañana se celebra en Madrid la 3ª Conferencia General de la Asociación Española de Fundaciones. Las Fundaciones son instituciones sobre todo de naturaleza local.En general el Tercer Sector tiene sobre todo respuestas locales e idiosincrásicas, aunque con la web 2.0 se abren nuevas posibilidades para el desarrollo "glocal" (ver nuestra entrada en este blog Solidaridad 2.0: P2P charities). En todo caso las respuestas locales tienen que renovarse y ganar en eficacia: las Fundaciones, además de un tratamiento fiscal o una menor intervención estatal, necesitan la innovación social. La agencia Europa Press tiene dedicada una sección para fundaciones, por si quieres estar al día sobre lo que va surgiendo en este ámbito.

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